Los CFC han sido empleados por la industria durante mucho tiempo como refrigerantes, entre otras aplicaciones.
Los compuestos que forman los CFC son inertes en capas bajas de la atmósfera, sin embargo, al llegar a la estratosfera pierden su estabilidad química y consumen ozono. Son los responsables del agujero de la capa de ozono.
Debido a su alto ODP (Potencial de Destrucción del Ozono), su uso está prohibido en la Comunidad Económica Europea desde el 1 de octubre de 2020 en base al Reglamento (CE) Nº 2037/2000 sobre sustancias que agotan la capa de ozono.
Algunos de los refrigerantes CFC que fueron más utilizados son: Gas Freón o CFC-12, R11, R502, R500, R13B1, R13, R113.