Averías frecuentes del aire acondicionado y cómo solucionarlas

Como cualquier otro aparato, los equipos de aire acondicionado necesitan un buen mantenimiento para mantenerse en perfectas condiciones y funcionar de una manera óptima. Sin embargo, el uso y el paso del tiempo a veces hacen que sea inevitable la aparición de problemas en el funcionamiento y averías que, generalmente, si se reparan a tiempo no pasan a mayores.

Técnico reparando un aparato de aire acondicionado

Vamos a hacer un breve repaso a esas averías más frecuentes, explicando su solución. Solución que, por supuesto, debe quedar siempre en manos de un técnico cualificado.

1. El equipo no enfría

Es uno de los problemas más comunes, lo que no significa que esté siempre relacionado con una avería. En el mejor de los casos, puede deberse a que los filtros estén sucios y el aire no pueda circular bien. Si después de limpiarlos el aparato sigue sin funcionar, lo mejor es avisar a un servicio técnico.

El origen de la avería podría ser una fuga en el circuito, la pérdida de gas refrigerante o ambas. En ese caso, habría que localizar el punto de la fuga y rellenar de nuevo el circuito.

Otra posibilidad es que no arranque el compresor. ¿Qué hay que hacer? Comprobar las conexiones, el termostato o el temporizador de descongelamiento por si estuvieran en malas condiciones. También hay que confirmar que el motor funciona, porque el problema puede estar ahí.

2. El aparato hace mucho ruido

Los equipos modernos son muy silenciosos, por eso, un exceso de ruido es un síntoma de que algo no va bien. Una de las principales causas es la falta de gas en la línea frigorífica o de aceite en el compresor. Si el equipo es viejo, puede ser una avería que no merezca la pena reparar.

Mucho más sencillo será acabar con el problema si el origen no es otro que suciedad acumulada en la unidad exterior. Por eso, esto debe ser lo primero que se debe comprobar cuando el aparato haga un ruido anormal.

3. Pérdida de agua

Que el equipo de aire acondicionado expulse agua es perfectamente normal, el motivo es el proceso de evaporación que se realiza para refrigerar. De hecho, si el aparato está mucho tiempo en funcionamiento, esa cantidad de agua puede ser elevada.

El problema ocurre cuando esa agua no sale hacia el exterior, sino hacia en interior. En ese caso, lo habitual es que el desagüe se haya obstruido o que el recipiente en el que se recoge el agua esté lleno, lo que hace que esta revoque hacia el interior. Bastará con limpiar la salida o vaciar el recipiente para que todo vuelva a la normalidad.

Otra posibilidad es que el equipo esté generando una cantidad anormal de hielo. En ese caso, conviene revisar si el circuito tiene la cantidad adecuada de refrigerante o si su presión es la indicada.

4. Mal olor

La causa no suele ser otra que una deficiente limpieza de los filtros y de la bandeja de condensación, aunque también puede deberse a una mala instalación del sifón o la ausencia de este.

En principio no es un problema serio, aunque sí desagradable. Sin embargo, si no se realizan las correcciones necesarias, a la larga puede provocar un mal funcionamiento del equipo, un consumo energético excesivo e incluso una avería.

5. Otras averías

 Además de los mencionados, hay otra serie de averías y problemas que tampoco se deben pasar por alto para que nuestro equipo tenga una larga vida. Uno de ellos es el fallo del termostato, que puede deberse a una fuga o a algún elemento que lo obstruya, como puede ser una cortina. Fallos en las conexiones, cables en mal estado o incluso una mala instalación también pueden hacer que los aparatos fallen.

En cualquiera de los casos, para evitar estas averías frecuentes y otras que no lo son tanto, lo más adecuado es someter los equipos de aire acondicionado a una revisión, al menos, una vez al año. Un técnico puede detectar pequeñas anomalías que de momento no causan problemas, pero que con el tiempo y el uso pueden derivar en problemas serios para los aparatos.

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